Tal como
teníamos previsto el pasado 27 de mayo nos reunimos de nuevo. En esta ocasión en
la casa Hermandad de Nuestro Padre Jesús El Rico; nuestro anfitrión fue Ramón Varea, amigo y compañero, siempre dispuesto a atender a nuestro grupo. En
el caso presente dio lo mejor de sí mismo, en la organización del evento. La
comida superó las mejores expectativas.
El acto en esta ocasión resultó
ser uno de esos días mágicos, que en ciertas ocasiones se producen. Las causas
fueron varias: la primera se produjo por la reincorporación de varios amigos
que por enfermedad no asistían desde hace cierto tiempo a nuestros actos. El
primero fue Manuel Gutiérrez, ya repuesto de su enfermedad, incorporado con
renovadas ilusiones hasta tal punto, que se ha comprometido a organizar como
anfitrión la próxima comida que celebremos en septiembre, después de las
vacaciones estivales. El segundo fue Rafaél Serrano Carvajal, que además de una
larga enfermedad, ha sufrido la pérdida de su esposa; no dimos conocimiento de
la desgracia, ya que no la conocimos hasta hace poco tiempo. Por último también disfrutamos de la
reincorporación de nuestro amigo Francisco González Jaén, totalmente recuperado
de su intervención de cataratas.
Por otro lado dimos la bienvenida
a Carlos Triviño, compañero del Colegio que se incorpora a nuestro grupo.
La comida a base de unos
entremeses de mariscos seguidos de un plato de callos con yerbabuena, que estaban
exquisito, terminó de un postre de flan de huevo, café y "chupito", superó las mejores
expectativas.
A los postres se le concedió la
palabra a Carlos Triviño, que celebró encontrarse de nuevo con los compañeros
del Colegio de su infancia, circunstancia que le producía una gran alegría.
Sus palabras fueron celebradas con un gran aplauso. A continuación habló Rafael
Serrano que nos contó la alegría de poder estar con nosotros después de las
graves desgracias sufridas; no pudo terminar su intervención ya que la emoción
lo conmovió, hecho que fue culminado con un fuerte aplauso, símbolo de nuestra
alegría al ver su afán de superación. Manuel Gutiérrez expresó su alegría de
poder estar en el reencuentro, después de superar su grave enfermedad.
Es mi opinión personal que los
miembros de nuestra promoción tienen un algo especial que nos fue inculcaron en
el Colegio: el espíritu de lucha para superar las dificultades, hecho probado
en muchas ocasiones, tanto en la vida profesional como en el sufrimiento
personal.
Por último intervinieron el Decano
y Nicolás Martín Arroyo. El acto fue cerrado por nuestro incomparable Francisco
Velasco, que nos leyó un escrito de D. Camilo José Cela, sobre la donación de
sus órganos vitales, que por su gran sentido humorístico, nos deleitó el final
de la jornada.
La próxima comida se celebrará el
próximo 3 de julio que es jueves, en un lugar que anunciaremos con tiempo suficiente.
Esta comida será la última hasta pasado los meses de verano (julio y agosto).
Pandilla Zarco