La reentre para los afrancesados, la apertura del nuevo curso para nosotros se ha consumado y como no podía ser menos: con dos huevos, chorizo, taco de lomo, patatas y pimientos, como cuando podíamos comer de todo y sin tener que subir a los montes. La Venta de la Minilla nos acogió otra vez, nuevamente por encargo de Esteban Ortega, entregado anfitrión que supo convertirla en salón para nuestra mensual cita. Acudieron casi todos y alguno más. También hubo ausencias notables, no muchas, que fueron justificas…. y diría que perdonadas. Un recuerdo para Ricardo Benjumea, que rompió el coche camino de la Minilla y se quedó sin los huevos. Luis Pérez Avilés también asistió, lo que es de reseñar porque se prodiga poco, también asistió Rafael Serrano de Carvajal
Antonio Pérez Peña, anunció el Pregón que pronunciará Esteban Ortega Rodriguez el próximo día 15 de septiembre en la Archicofradía de la Expiración.
Antonio Luis, felizmente encastrado en nuestra pandilla, rompió el himen de su timidez -nos lo debía- con palabras cargadas de cariño que justificaban con creces su descenso al curso inferior. No está mal el chaval –todo hay que decirlo- y por aspecto físico casi podría bajar otro curso más, pero ni lo intentará porque como el nuestro no encontrará ninguno. No obstante lo bien que estuvo, dejó escapar vivo al alguno más al que me refría en el párrafo anterior, Enrique López Uralde, al que esperamos oído avizor en la próxima cita.
Nuestro anfitrión expuso a los postres la idea de convocar en los primeros meses del año que viene una reunión conmemorativa de la que se celebró, dos años atrás, con motivo del cincuentenario (tiene “guasa”, por no decir otra cosa, que se haya traspasado ese umbral con lo bien que estamos y las pocas bajas que hemos tenido). Esteban se encargará de marcar los tiempos, de pedir las asistencias que precise y de poner todo en marcha para que con la antelación debida ellas y ellos se pongan guapos y puedan asistir los compañeros y amigos que residen fuera. A través de portal se irá informando de todo, pues JBBB tiene bien cargadas las pilas, como portavoz de PandillaZarco que es.
A Pepe Viano se le entregó el libro de firmas” y se le encargo la organización de la próxima. Como a todos le deseamos éxito y comida buena, bonita y barata.
Acudir a los montes de Málaga siempre trae recuerdos de curvas, ventas, vino y de cercana lejanía, a penosos viajes por su mal trazado recorrido, a olor a pinos y a aventuras perdidas. Pues bien, ya que los tenemos en la memoria traigo el recuerdo de un granadino, Pedro Rodrigues de Ardila (s.XVI-XVII) que en su obra “Baco y sus bodas” (Baco se casa con Adriadna, abandonada por Teseo) describe el suntuoso convite regado con vinos italianos y españoles, entre ellos “un excelente vino de Marbella”, con lo que ha continuación copio del magnífico número que el año pasado dedicó la revista LITORAL al vino.
Donde España a su gente convidada
Las bodegas abrió y mostrole divino
Licor que tanto vale y tanto agrada.
De Toro a Madrigal está el buen vino,
Y el de Yepes, Ocaña y Alaejos,
Y aquel de San Martín, precioso y fino.
De Roca y Rivadavia los aniejos,
Y el de Ciudad Real, hermosa pieza,
Sabroso a niños y agradable a viejos.
También alíi Guadalcanal empieza
A dar su blanco celebrado y bueno,
Y sus aloques la gentil Baeza-
De Martos, Alcalá y Torre Jimeno
Se ve la cudisiosa muchedumbre
Y de Málaga el gran Pedro Jimeno.
El de Jerez, que por la mar costumbre
Muda, y se hace, por el agua, en ella
Tal, que triunfa una gota de un azumbre
No faltó el excelente de Marbella,
Y el de los buenos pagos de Granada,
De Loja el baladí, precioso en ella.
Desde hace mucho tiempo, todo está inventado. Los nuevos caldos ya son viejos desde el ayer. En todos los pagos se cultivó la vid y se crió el vino y, puesto que he traído a colación la reseña del granadino por su alusión a los vinos de Málaga y Marbella (goleada para Málaga), brindemos con la alegría de siempre por y con todos los componentes de PandillaZarco, que a lo largo de estos breves pero intensos años se están transmitiendo el cariño, la camaradería y la voluntad necesaria para que cada cita sea nueva y, como tal, sea anhelada.
Un abrazo a todos
Nicolás Martín
Pandilla Zarco
